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Foto del escritorNagrela Editores

El ojo del editor, por Ruben Lerner

Actualizado: 5 mar 2021

La historia de una editorial siempre es un proceso enriquecedor. Si además recibe uno de los premios más prestigiosos por su labor editorial, se abren perspectivas más que alentadoras para el sector del libro. El editor de Nagrela lo cuenta para Zenda.


Por: Ruben Lerner, editor de Nagrela Editores


Como sucede con muchas de las cosas importantes en la vida, hace diez años y por una suerte de casualidades publicamos Start Up Nation; a raíz de ese primer título, y gracias a la iniciativa de un amigo, empezamos a editar en español los primeros títulos de Jonathan Sacks, y así nació Nagrela Editores, con la vocación de conseguir que los lectores hispanohablantes interesados en la cultura judía lean nuestros libros y que estos se vean y se vendan en las librerías. Aspiramos a crecer apoyados siempre con un equipo humano excepcional, y buscamos generar el interés suficiente que nos permita publicar de diez a quince títulos al año. Somos conscientes de ser una editorial pequeña que tiene su foco de difusión claramente definido: divulgar la cultura judía en español. Nuestra estructura está delimitada por esa condición y sabemos que precisamente en ella reside la semilla para nuestro éxito.


Que este año desde CEGAL se nos otorgase uno de los premios al Libro Mejor Editado en 2020 por Artistas en los campos nazis nos reafirma en la idea de estar haciendo las cosas bien. El ojo artístico y meticuloso de Susan Guenun, al frente de la dirección artística y editorial de Nagrela, pone de manifiesto el valor que le damos al equipo humano, desde los autores a los comerciales, pasando por los maquetadores o los impresores. Todos hacemos el equipo Nagrela Editores. Es profundo el respeto que sentimos por cada uno de nuestros libros; conocemos la historia detrás de cada autor, de cada proyecto y sabemos qué título es nuestro best seller (Start Up Nation), cuál nos llena de orgullo por el testimonio que representa (Prueba y Error, La autobiografía de Weizmann) y cuál nos otorga más satisfacción por su reconocida pulcritud editorial (Artistas en campos nazis).


El sector está muy polarizado, coexistiendo en el mercado sellos de estructura muy reducida junto a las grandes amalgamas editoriales. Estamos aquellos que, por vocación y amor al libro, editamos títulos que consideramos necesarios, aunque los números no cuadren fácilmente.


A Jonathan Sacks lo publicamos porque su palabra es imprescindible y ha de mantenerse viva, es mucho más que una cuestión comercial. A medio plazo, sus libros serán un long seller en el mercado editorial español; hay que darlo a conocer y perseverar hasta que sus libros se vean en las mesas de novedades y en las estanterías de fondo. Sacks será un clásico en unos años, será tan reconocido aquí como ya lo es en el mercado anglosajón.


Mientras escribo esta nota, en mi mesilla descansan: La tiranía del mérito, de Michael J. Sandel, y un volumen antiguo de Jonathan Sacks: Radical Then, Radical Now. El ojo de editor jamás descansa, ni siquiera cuando cree estar leyendo por puro placer y amor a la literatura. El artículo original fue publicado en Zenda Libros

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